Este retiro te invita a presentar tu dolor a Jesús de maneras personales e íntimas. Toma tu tiempo para usar esta guía en esas áreas de tu vida o temas donde necesitas consolación. Úsala con libertad, no tienes que hacer todas las preguntas pero a la vez te animo a tomar tu tiempo.

Esta guía no te dará consolación, no es para “resolver” lo que sientes. Pero espero que te lleve a un encuentro con el Amor, la fidelidad y la compañía de Jesús, el Buen Pastor que atraviesa contigo los valles de lagrimas.

Consolación: aliento, reconfortar, aliviar una pena o tristeza.

Dependiendo de tu historia de crianza, recibir consolación, puede ser difícil. Muchos de nosotros venimos con escaseces en “ser consolados.” Así mismo, es posible que al ser adultos nos cueste un poco más recibir consolación, pues tratamos de “cubrir” nuestro dolor, tristeza o duelo con nuestros propios recursos.

1. Lee este texto unas dos veces y pon atención a lo que te llama la atención. 

Salmo 42:1-4 

“Cual ciervo jadeante en busca del agua,
    así te busca, oh Dios, todo mi ser.

Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
    ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?

Mis lágrimas son mi pan de día y de noche,
    mientras me echan en cara a todas horas:
    «¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo esto y me deshago en llanto:
    yo solía ir con la multitud,
    y la conducía a la casa de Dios.
Entre voces de alegría y acciones de gracias
    hacíamos gran celebración.”

2. El escritor de este Salmo se encuentra angustiado y triste, compara sus lagrimas a su comida diaria…al pan ¿Te has sentido así o de maneras semejantes? Podrías escribir una frase o metáfora personal. Usa tu imaginación y tu conexión con el corazón. Te ofrezco unas mías, pero trata de formar tu propia frase que represente cómo te sientes. 

      • Me siento como un pájaro atado que no puede volar muy alto.
      • Me siento como si me estuviera desintegrando poco a poco.

 

3. Lo más especial de este y otros salmos es que no ocultan la tristeza. No se evita, se le ponen palabras, imágenes y emociones. ¿Sabes que el dolor se agrava al tratar de evitarlo? Pero todos tenemos formas de tratar de evitar el dolor. Puedes meditar ¿cómo tratas de evitar el dolor? Ejemplos: evito estar sola, me ocupo con trabajo, me aíslo, niego lo que siento, me digo que Dios tiene el control o frases semejantes (estas frases pueden ser verdaderas pero podemos usar estas verdades espirituales para evitar escuchar el corazón) 

 

3.1 Repasa esas formas con mucha gracia y sin juicio. Podrías hablar con Jesus de esas formas que usas para evitar sentir lo que sientes. Toma tu tiempo. Habla con honestidad de tus temores y de lo que sientes. 

4. Pide ayuda a Jesús para seguir adelante, toma una pausa si necesitas. Cuando te sientas lista/o quiero invitarte a pensar en que ideas o formas de consolación experimentaste en tu familia de origen. ¿hay uno de tus padres que te ofreció consolación? ¿hay un amigo o amiga u otros familiares que te han ofrecido consolación? Dá gracias a Dios por esos  momentos de consolación y personas. 

 

4.1 Toma un tiempo para discernir sobre los mensajes que recibiste en tu familia de origen, es muy posible que no   fueron mensajes directos pero trata de discernir y ponerlos en tus propias palabras. Te doy unos ejemplos de esosmensajes: “debo ser siempre fuerte” “sentimientos…qué  son?” “consuélate tú misma”, otros…..

 

4.2  Si necesitas tomar un tiempo para perdonar o hacer la  paz con esos estilos de consolación o por la falta de consolación toma tu tiempo y conversa con Dios acerca de tus descubrimientos. Puede ser que, hacer la paz, sea un proceso para ti. 

 

5. Ahora que sabemos un poco mas sobre nuestros “impedimentos” para recibir consolación. Quiero invitarte a tomar un tiempo para recibir consolación de forma fresca y personal. ¿Cómo te invito a hacer esto? Así como usaste tu mente e imaginación para buscar una imagen o ilustración para describir tu dolor, te invito a buscar con la ayuda del Espíritu Santo una imagen de consolación. Buscar aquietarte y simplemente estar en una postura de recibir. Si deseas usa la imagen de este retiro como fuente de inspiración. O imagínate como una niña/o pequeña/o que necesita ser consolado. 

6. Una vez que tengas esa imagen o ilustración habla con Jesús y mira cómo El te da Su Consuelo. ¿Cómo es la imagen? ¿A dónde esta Jesús? ¿Qué necesitas decirle? ¿Necesitas llorar o abrazarlo? ¿Qué quiere Jesús decirte o recordarte? 

 

7. Por último, quiero simplemente ofrecerte estos versículos que nos recuerdan que TODOS sufrimos, a todos la vida nos entrega una porción de sufrimiento. Y a la vez ese sufrimiento nos hace más humanos, nos ayuda a ser compasivos y a consolar a otros. Termina este tiempo leyendo y dando gracias por Su Consolación y recuerda Él esta ahi cerca cada vez que no necesitas. Usa la imagen que el Espíritu te dio cada vez que te sientes triste o con dolor. 

2 Corintios 1:3-7

“El Dios de toda consolación

 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación,  quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y, si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos.  Firme es la esperanza que tenemos en cuanto a ustedes, porque sabemos que, así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo.”

Descargar este retiro (PDF)Ver otros retiros